María Paula Muskus y Ana María Arciniegas, las múltiples y coloridas caras de un cubo de Rubik de empatía y solidaridad









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Capítulo 6
Pasión por
lo que se hace
MARÍA PAULA MUSKUS Y ANA MARÍA ARCINIEGAS, LAS MÚLTIPLES Y COLORIDAS CARAS DE UN CUBO DE RUBIK DE EMPATÍA Y SOLIDARIDAD
ed • 1 | 2022
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Pasión por
lo que se hace
MARÍA PAULA MUSKUS Y ANA MARÍA ARCINIEGAS, LAS MÚLTIPLES Y COLORIDAS CARAS DE UN CUBO DE RUBIK DE EMPATÍA Y SOLIDARIDAD
ed • 1 | 2022
ED#5 | 2021
El día de la ceremonia de imposición de la Cruz de Calatrava a Colegiales de Número de la URosario fue muy importante en la vida de Ana María. En la foto con su mamá, María del Pilar Jiménez, y su hermana, Natalia Arciniegas.
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Los colores de la autocrítica y la creatividad
María Paula cree que esa actitud suya de decir las cosas sin analizarlas es un problema, y Ana María considera que uno de sus grandes defectos es justamente pensar mucho las cosas, en otro de esos colores paradójicos que encontramos en este cubo de Rubik que ellas conforman.
En esa misma cara del cubo nos encontramos con que ambas son autocríticas, pero a su manera: María Paula se exige mucho y recuerda constantemente que es insegura, incluso con su profesión, repite muchas veces que no es un prodigio del periodismo y que debe analizar mucho las cosas antes de hacerlas, aunque esto se contradiga cuando sus emociones la desbordan y siente que debe alzar la voz.
Ana María, por su parte, trabaja constantemente para cambiar cosas de ella misma que no le gustan, como su análisis excesivo. También le gustaría ser menos perfeccionista porque le encanta tener el control de todo lo que la rodea, algo que ha mejorado con el tiempo.
Pero las dos también comparten algunas cualidades, como la disciplina. En el caso de Ana María, esta se conecta con una actitud de vida que le inculcó su madre, quien le enseñó a terminar todo lo que empieza y a no comenzar nada si sabe que no tiene el tiempo para llevarlo a feliz término. Esta enseñanza incluso la ha llevado a seguir en cosas que no le gustan, como estar en un equipo de basquetbol solo porque ya lo había empezado y debía terminarlo. María Paula, por su parte, combina la disciplina con una curiosidad innata, que se refleja mucho en su gran interés por la sociología, la antropología, la historia y la filosofía, de las cuales habla con propiedad, cita autores y menciona eventos con fechas y acontecimientos exactos.
Ambas también tienen un gran espíritu creativo. En el caso de Ana María, ella ha enfocado sus esfuerzos en su pasión por servir y en sus estudios, por lo que concentra su disciplina en estos. Esto mismo tal vez le ha quitado un poco el impulso que tenía cuando era niña o adolescente, época en la que asistió a clases de guitarra, piano, baile y actuación, e incluso junto con su hermana, ganó un concurso que las llevó a hacer parte del programa infantil Club 10. Su hermana desarrolló el espíritu creativo, especialmente en sus labores como comunicadora audiovisual, pero Ana María lo quiere recuperar y, como parte de eso, actualmente le ayuda con algunos trabajos a su hermana, como actriz de cabecera.
María Paula todavía mantiene un gran espíritu creativo, fortaleció su amor por la escritura en su carrera y, cuando era niña, desarrolló una fuerte pasión por la moda y el diseño. Ella dibujaba en sus clases del colegio todo el tiempo y les diseñaba a sus amigas vestidos inexistentes para fiestas que solo estaban en su imaginación. Hoy María Paula dice que no le gustaría ser diseñadora de modas, pero demuestra un gran conocimiento y amor por esa actividad; de hecho, actualmente tiene un podcast con dos compañeras de su universidad donde hablan sobre ese tema. Adicionalmente, su trabajo de grado, que la llevó a ser nominada a los premios del CPB, fue sobre moda.